
Cada mañana, miles de estudiantes cruzan las puertas de sus escuelas cargando más que libros y mochilas. Cargan emociones que no siempre saben nombrar. Ansiedad antes de una prueba. Frustración tras un conflicto en el recreo. Silencios tristes por pérdidas no habladas. En muchos casos, estos sentimientos permanecen invisibles, ignorados, malinterpretados o, peor aún, reprimidos.
Nuestra educación ha enseñado a dividir por dos, a conjugar verbos, a nombrar las partes de una célula. Pero ha omitido —sistemáticamente— enseñar a identificar, expresar y regular emociones. En un mundo que exige inteligencia emocional para sobrevivir, nuestra escuela sigue creyendo que lo emocional se “aprende solo”.
No solo es una omisión pedagógica. Es una crisis silenciosa.
Un diagnóstico alarmante
Chile atraviesa una de las peores crisis de salud mental infantojuvenil del mundo. No es una exageración. Es un hecho respaldado por datos estremecedores:
- Un 25% de los menores de 6 años presenta problemas como déficit atencional o hiperactividad (la media global es 15%).
- Entre un 12% y 16% de niños y adolescentes sufre ansiedad o depresión (frente a un 5% mundial).
- En 2023, más de la mitad de los estudiantes de enseñanza media evaluados por la Defensoría de la Niñez presentaba al menos un trastorno de salud mental.
- Y en 2024, 57 menores entre 10 y 17 años fallecieron en Chile por lesiones autoinfligidas.
Detrás de cada cifra hay una historia que no supimos leer a tiempo. Una emoción no comprendida. Un dolor que no encontró palabras. Un estudiante que no recibió el acompañamiento que necesitaba.
Violencia escolar: otro síntoma del abandono emocional
A esto se suman las casi 8.000 denuncias por maltrato a estudiantes registradas en lo que va de 2025. El 70% de los alumnos entre 5° básico y 4° medio declara haber sido víctima de comentarios ofensivos o agresiones que les hicieron sentir mal.
La violencia escolar no nace del vacío. En muchos casos es la expresión de carencias emocionales no abordadas: frustraciones acumuladas, baja autoestima, necesidad de pertenencia, falta de contención adulta. Un niño que agrede es, muchas veces, un niño que no sabe pedir ayuda.
Y sin embargo, seguimos enfrentando estos problemas desde la sanción, la reacción tardía, el control de daños. ¿Y si en vez de apagar incendios, aprendiéramos a prevenirlos?
La alfabetización emocional: una deuda pendiente
Educar emocionalmente no es un invento moderno ni una moda pasajera. Es una necesidad urgente. La alfabetización emocional consiste en enseñar a niños y adolescentes a identificar sus emociones, a expresarlas de forma saludable, a regularlas cuando son intensas, y a desarrollar habilidades como la empatía, la resiliencia y el manejo de conflictos.
La UNESCO lo ha dicho con claridad: estas habilidades deben enseñarse en la escuela, igual que las matemáticas o la lectura. Porque impactan directamente en la convivencia, el rendimiento académico, la salud mental, la permanencia escolar y el desarrollo personal.
En países como España, la educación emocional forma parte del currículo. Pero en Chile, aún no existe una asignatura ni programa obligatorio en esta materia. En 2019 se presentó un proyecto de ley para incorporarla, pero aún sigue en trámite. Hoy, la formación socioemocional depende más del compromiso individual de algunos docentes que de una política pública consistente.
¿Qué estamos esperando?
Mientras el país discute, nuestros niños y jóvenes siguen navegando solos sus emociones. Sin brújula. Sin herramientas. Sin espacios para comprender lo que sienten. Y esa ausencia formativa tiene consecuencias graves: más ansiedad, más agresividad, más desconexión, más silencios peligrosos.
Es momento de reconocer que la salud mental también se aprende. Que no basta con atender crisis. Que necesitamos formar generaciones emocionalmente competentes. Y eso empieza por asumir que enseñar a leer emociones es tan importante como enseñar a leer palabras.
Tecnología al servicio del cuidado
Desde Edumokia School, hemos propuesto una solución validada: una plataforma tecnológica diseñada para reducir tiempo de evaluaciones, detectar riesgos psicosociales de forma temprana, diseñar planes de acción basados en datos no percepciones y facilitar intervenciones oportunas con acompañamiento y seguimeinto técnico especializado.
No reemplazamos al docente ni al psicólogo escolar o equipo de Convivencia Escolar. Los potenciamos. Les damos tiempo. Les damos datos. Les damos herramientas para acompañar mejor. Nuestro enfoque se basa en tres principios clave:
- Prevención: detectar antes de que el conflicto escale.
- Empatía: entender al estudiante desde lo humano, no desde el diagnóstico.
- Acción ética: intervenir con responsabilidad, confidencialidad y respeto.
Los resultados ya son visibles: reducción del 80% en los tiempos de diagnóstico psico-socioemocional, identificación de casos en días, no en meses, y una mayor disposición de los estudiantes a participar cuando se sienten comprendidos, no juzgados.
Hacia una cultura de prevención
La salud mental no es solo un tema de especialistas. Es una tarea colectiva. Y para prevenir de verdad, necesitamos un cambio cultural en el sistema educativo:
- Que cada escuela tenga un plan de alfabetización emocional.
- Que los adultos se formen también en habilidades socioemocionales.
- Que las emociones no se callen, se nombren.
- Que el acompañamiento no sea reactivo, sino preventivo.
Una invitación abierta
A directores, sostenedores, docentes, psicólogos, apoderados: esta tarea es de todos. Si queremos escuelas más humanas, necesitamos educar con el corazón. Si queremos estudiantes más resilientes, necesitamos enseñarles a nombrar lo que sienten. Si queremos prevenir tragedias, necesitamos intervenir antes de que sea tarde.
Desde Edumokia School, creemos que otra escuela es posible. Una donde las emociones no se ignoran, sino que se educan. Una donde cuidar también sea parte del currículo. Una donde la salud mental no sea una urgencia, sino una prioridad.
¿Desea saber cómo puede implementar una solución como Edumokia en su colegio?
Escríbanos a contacto@edumokia.com y visite www.edumokia.com
🌱 Porque cuidar es también enseñar. Y enseñar, sin cuidado, ya no es sostenible. #MásTiempoParaCuidar